Perú celebró el Día Nacional de la Papa el pasado 30 de mayo. De ella se sabe que sus potencialidades alimenticias son altas, que es un producto milenario y que, incluso, los científicos analizan la posibilidad de sembrarla en Marte; sin embargo, este tubérculo de los Andes peruanos ya comienza a sentir las amenazas del cambio climático.
Según las últimas evaluaciones del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) en las zonas paperas, se ha comprobado que de aquellas siembras que han sido instaladas entre octubre del año pasado y enero del presente, algunas han sufrido los efectos del cambio climático, hecho que repercute en el rendimiento de la producción de los agricultores.
El incremento de la temperatura, asociada a la sequía, ocasionó que la papa no tuberice, es decir, no desarrolle. Aparentemente la planta se vislumbra frondosa en el exterior, pero a nivel de la raíz, la papa es muy pequeña.
Áreas de cultivo en el Perú que anteriormente estaban libres de plagas ahora las padecen debido a las altas temperaturas, una muestra clara del cambio climático.